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ACELERA

Cuando dar la mano es un delito

Cuando dar la mano es un delito Me llama la atención una noticia que leo en el País de hoy miércoles 13 de junio (pág. 40) en la que dice que el ex presidente de Irán ha sido criticado por “corrupción”. ¿Cuál crees tú que ha podido ser el delito? ¿Llevarse la pasta del gobierno? NO. ¿Prevaricar a favor de sus amigos constructores? NO. ¿Vender los pozos petrolíferos a Estados Unidos? NO. Su delito ha sido ESTRECHAR LA MANO A UN GRUPO DE MUJERES en una visita a Italia. Confieso que esta noticia me produce terror. No un terror nuevo, pero si despierta de nuevo un terror latente en mi interior que me inquieta como persona. La humanidad sigue arrastrando ciertos despropósitos que no nos deja avanzar como sociedad.  Está claro que los términos de la relación entre mujer y hombre, en el comienzo de los tiempos, las puso el hombre amparándose en su supuesta superioridad física. La función reproductora de la mujer fue la causante de que el hombre “eliminara” de la esfera pública a la mitad de la población. Menos competencia para todo. Cuando el género humano empezó a desarrollar el pensamiento en la Grecia antigua, argumenta esta falta de consideración de la mujer como “ciudadana” diciendo que la mujer no puede administrar la vida pública. Deslegitiman a la mujer quitándole la voz, el discurso (como propugnaba Aristóteles) para encerrarlas en los gineceos. La religión cristiana sigue abonada a esta tesis al culpabilizar a la mujer de que el hombre desobedecira a Dios. (Como si el pobrecito no pudiera pensar por sí mismo). Esta “cruz” y nunca mejor dicho ha pervivido hasta hace bien poco en nuestra sociedad occidental. Mi madre no podía ir a trabajar en los años setenta si mi padre no firmaba su consentimiento. Pero cuando parece que esta lacerante tutela masculina sobre la femenina empieza a desaparecer vuelven con toda su  fuerza estos fantasmas del pasado de la mano de una de las principales religiones del mundo: el islam. Ni soy antropóloga ni especialista en religiones pero no puedo entender cuál es la vuelta de tuerca que hace cambiar estas Suras del Corán , número 33, en la que explicita la igualdad entre sexos reconociendo la existencia explícita de la mujer: "Dios ha preparado perdón y magnífica recompensa para los musulmanes y las musulmanas, los creyentes y las creyentes, los devotos y las devotas, los sinceros y las sinceras, los pacientes y las pacientes, los humildes y las humildes, los que y las que dan limosna, los que y las que ayunan, los castos y las castas, los que y las que recuerdan mucho a Dios". También en el Sagrado Corán Dios les dedicó un capítulo entero (Sura) la número 4, dándole por nombre "Las Mujeres".

Por eso se me escapa en qué revolución islamista algún listo cambió los versos a su manera. Creo que esto es una amenaza real para el género femenino. Estamos amenazadas por el poder de quienes quieren que sigamos eliminadas del mapa político.  Por eso no siguen masacrando en países como Afganistán, Iraq o Irán. ¿Pero, a quién le importa? 

1 comentario

amigoplantas -

El miedo, la mujer da miedo y a lo que se teme se le aplica palo y encerrona